Cada cierto tiempo conviene evadirse de los impactos que recibimos sobre la marcha de la economía para coger perspectiva. Habitualmente la vorágine de datos macro, noticias económicas, decisiones de los bancos centrales y cambios políticos no nos deja ver con claridad cuál es la situación actual ni valorar correctamente los factores que realmente son importantes a la hora de hacer previsiones de crecimiento económico.
Vayamos a lo más simple de la economía, una transacción, para evaluar si la coyuntura es propicia o no para el desarrollo de la actividad económica. Pongamos el ejemplo de una persona que quiere tomarse un pincho de tortilla.
Esta persona decide ir a un bar en vez de tomarse el pincho en su casa porque tiene la confianza de que el servicio que va recibir será satisfactorio para él. Sea por lo agradable de la terraza, por la calidad de la tortilla, por la inmediatez para consumirla o porque esté lejos de casa y tenga hambre, el caso es que esta persona está convencida que tomarse un pincho tortilla en el bar es una buena decisión.
Tras sentarse en la terraza le toma nota un camarero. El camarero está trabajando en ese bar porque tiene la confianza que el dueño del local le abonará su salario a final de mes. Por otro lado, atiende al cliente y le sirve la tortilla porque tiene la confianza de que al terminar el cliente le pagará.
El dueño del bar ha pedido un crédito al banco, ha alquilado el local, lo ha reformado y equipado, ha contratado al camarero, al cocinero, ha comprado las patatas y los huevos para hacer la tortilla y paga a varios proveedores de suministros (electricidad, gas, etc). Todo ello porque tiene la confianza de que acudan clientes a su establecimiento y paguen por lo que consumen.
En este proceso llevamos acumuladas varias transferencias de dinero: precio de la tortilla, crédito, salarios, alquiler y pagos a proveedores de todo tipo. En todas ellas los pagos se realizan en euros (sea efectivo o con otros medios de pago) porque todas las partes confían el valor de esa divisa.
Podría seguir analizando el resto de transacciones que los distintos proveedores del local han necesitado realizar o las consecuencias de los ingresos que reciben cada uno de los participantes, pero voy a parar aquí. Todas las transacciones descritas para poder servir el pincho de tortilla tienen un elemento común, la confianza de las partes.
Motivos para la desconfianza hay muchos. El cliente podría pensar que la tortilla le puede sentar mal o que tiene que ahorrar por si le despiden en su empresa, el camarero pensar que el cliente o el dueño no le fuesen a pagar, el dueño que el camarero se vaya a quedar con el dinero o que le vayan a entrar ladrones por la noche en su bar, y un largo etcétera.
En otras transacciones de cualquier sector y por complejo que sea el modelo de negocio ocurre lo mismo, la confianza es clave. El origen de la actividad económica en este ejemplo se le atribuye al cliente y al dueño del local. Por este motivo, para prever el crecimiento económico se les da mucho valor a los índices que tratan de medir la confianza del consumidor y la confianza empresarial. No obstante, estas variables son muy difíciles de cuantificar.
Lo que sí se puede valorar son los elementos que influyen en la creación de un clima de confianza. En el ejemplo descrito influyen las normas sanitarias para que el cliente confíe en la tortilla del local, la policía y el sistema judicial para que confiar en que todos paguen lo que deben y ninguno robe, la normativa laboral para que el camarero confíe en el dueño del bar y éste en su empleado, la estabilidad financiera para que el dueño del bar pueda pedir otro crédito para ampliar el negocio, las instituciones que velan por la estabilidad de precios y la confianza en el euro, etc.
Con esta aproximación a la actividad podemos ordenar y priorizar los factores que más afectan al desarrollo económico. Por último, corresponde analizar si esos elementos que generan confianza funcionan hoy igual mejor o peor que ayer y si en líneas generales se van a mantener, mejorar o empeorar mañana. De esta manera nos haremos una buena idea de si la situación económica actual es buena o no y de lo que ocurrirá en el futuro.
Si tenemos que decidir si invertir o no a largo plazo, como se puede plantear el dueño del bar, un ejercicio recomendable es valorar la situación actual y tratar de prever de una manera razonada si esos elementos que influyen en el ecosistema de confianza económica habrán mejorado o empeorado en 5, 10 ó 20 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si comentas como usuario anónimo indica un nick o seudonimo para que otros lectores puedan referirse a ti o a tu comentario.