La economía de mercado es injusta y perversa. Injusta porque no retribuye el trabajo en función del esfuerzo ni de la aportación a la sociedad. Perversa debido al gran número de conflictos de interés sin resolver existentes en todos los sectores. A pesar de ello, el gobierno no puede repatir los costes de un ajuste presupuestario como si fuera un padre que gestiona los recursos familiares apelando a una subjetiva justicia y desentendiéndose del funcionamiento del mercado.
Hasta mi madre, que califica la economía como un género literario porque no la considera ciencia, comprende y acepta el tremendo efecto que tienen los incentivos en el crecimiento económico. La ausencia de tales incentivos es la razón principal por la que se ha desplomado la confianza de empresarios, consumidores e inversores en la economía española. La gestión de las cuentas publicas no se debe limitar a observar los ingresos y pagos del estado para subir unos cuantos impuestos y recortar otros tantos gastos. La política económica debe ir más allá, es necesario que muchos gastos se reduzcan, pero también que otros aumenten y conviene que haya impuestos que suban a la vez que otros bajen.
Podría dedicar ese artículo a recriminar a los dos últimos gobiernos, cada uno de un color político, aquellas acciones que han perjudicado la economía hasta llevarnos a la recesión actual o bien, centrarme en proponer medidas que considero válidas para conseguir el doble objetivo de reducir el déficit público e incentivar el crecimiento económico. Comenzando por los ingresos, siguiendo por los gastos y terminando con la llamada "amnistía fiscal", haré lo segundo porque entiendo que será de mayor interés y utilidad.
Ingresos Públicos
No todos los impuestos o tasas tienen el mismo efecto sobre la economía. Los llamados impuestos directos (IRPF y Sociedades) gravan el beneficio obtenido por una actividad productiva, mientras que los impuestos indirectos (IVA e impuestos especiales) suponen un sobrecoste a una decisión de consumo (gasto). Tanto economistas como políticos defienden casi unánimemente que para salir de la crisis actual hay que producir más y gastar menos. ¿Qué necesitamos promocionar y qué conviene desincentivar? Con sólo este razonamiento, ¿No le parece obvio al lector que se debería bajar los primeros impuestos y aumentar los segundos?
La razón comúnmente aceptada para defender aumentos en los tipos impositivos de los impuestos directos frente a los indirectos es la mayor progresividad (pagan más los más ricos) de los primeros respecto a los segundos. Sin embargo, en mi humilde opinión, el estado debe redistribuir la riqueza más a través de los gastos y menos vía impuestos porque en una economía de mercado cada vez más globalizada:
1) Debemos poder competir con los países de nuestro entorno también en fiscalidad.
2) Los contribuyentes (personas físiscas y empresas) que más deberían aportar, son los más incentivados a situar su domicilio fiscal en otro país y provocar de esta forma el efecto contrario al deseado: la disminución de la recaudación y una fiscalidad regresiva, solo pagarán las clases medias y bajas. En España los tipos impositivos en IRPF y Sociedades son de los más altos de Europa y del mundo.
3) En el caso de los impuestos indirectos, es mucho más difícil deslocalizar el hecho imponible (consumo). No suele compensar en tiempo y dinero desplazarse a otro país para consumir. Además, tenemos el IVA y la gasolina más barata que los países de nuestro entorno.
4) Una subida del IVA provocaría que la "factura del ajuste fiscal" se compartiese con aquellos que nos visitan y consumen aquí, mientras que una subida del IRPF o de Sociedades no la pagarían ni ellos ni muchos de los que son de aquí. España es uno de los principales destinos turísticos del mundo.
Inversión y Gasto Público
En un proceso de fuerte desapalancamiento del sector privado la inversión privada casi desaparece porque los nuevos ingresos se emplean para pagar deudas. Se puede definir inversión como aquellos bienes que utilizamos hoy para obtener más bienes en el futuro. Entonces, si no invertimos y no esperamos bienes futuros, ¿quién puede tener confianza en una recuperación económica que genere demanda, empleo y pague nuestras deudas? Porque hacen falta motivos para crecer, hace falta aumentar la Inversión Pública, aunque esto suponga que haya que reducir más otros gastos.
En una situación como la actual, dicha inversión pública debe realizarse principalmente a corto o medio plazo porque nos hacen falta cuanto antes esos ingresos y porque tienen que ser creíbles y previsibles por los empresarios, consumidores e inversores. Por ello, debería ir más enfocada a infraestucturas que a I+D o educación. Pues bien, los principales recortes (en euros) que han realizado dos últimos gobiernos para tratar de ajustar los presupuestos han sido en infraestructuras.
La semana pasada tuve la oportunidad de escuchar a alguien muy próximo al gobierno económico defender las medidas de ajuste realizadas por el nuevo ejecutivo. Aproveché para preguntarle por medidas de crecimiento y en concreto por qué habían parado la inversión en infraestructuras. Su respuesta me dejó helado. Justificó el recorte en inversión pública argumentando que en momentos de bonanza se había hecho demasiado y dijo que nos sobran los "aeropuertos peatonales", los llamó así porque en ellos no despegan ni aterrizan aviones, y las "ruinosas autopistas" por las que no circula casi nadie. Desconozco hasta que punto está extendida esta forma de pensar en nuestro gobierno actual, pero me dejó muy preocupado. A quienes compartan ese punto de vista quiero lo señalarles lo siguiente:
1) En el sector privado también se llevan a cabo algunos proyectos que no generan el resultado deseado, pero no por ello nadie justifica que la inversión es innecesaria.
2) No tiene ningún sentido económico detener las obras en curso. Aunque muchas promociones inmobiliarias hayan resultado no ser rentables, el promotor y/o los acreedores siempre terminan las viviendas en construcción porque un inmueble en obras no vale casi nada. De igual forma, no se pueden dejar las autovías a medio construir. Es la peor opción.
3) Probablemente, la calidad de infraestructuras de transporte actual de pasajeros es suficiente, pero no se puede decir lo mismo del transporte de mercancías. Hay mucho por hacer en el transporte ferroviario, marítimo y aéreo. Es necesario invertir para mejorar y adaptar las infraestucturas actuales a las mercancías. Los empresarios se darían cuenta que exportar sus productos a otros países es sencillo, rápido, barato y fiable. De esta forma no se cerrarán empresas cuando disminuya la demanda interna y se incentivará la creación de compañías exportadoras.
Ahora toca lo más difícil, reducir los gastos. La disminución de gasto que beneficia (o perjudica menos) a la economía de mercado es aquella que tiende a hacer el servicio público más eficiente y transparente para el usuario. En este sentido, empezaría por muchos de los derroches e ineficiencias que bien están haciendo en denunciar todos los medios de comunicación sin excepción. Sin embargo, estas partidas no suelen ser las más importantes en tamaño en los presupuestos generales, las verdaderamente relevantes son las que más duelen al bolsillo del ciudadano y por ello, casi ningún medio denuncia ni propone nada en estas materias. Se trata del sistema de pensiones, la prestación por desempleo, la educación y la sanidad. Sobre la prestación de desempleo y algunos aspectos relacionados con las pensiones ya escribí mis propuestas aquí.
Respecto a las pensiones, quiero destacar que la economía necesita que el sistema público de pensiones incentive el trabajo. Es decir, se debe obstaculizar todo tipo de prejubilación y se debe fomentar que se trabaje hasta lo más tarde posible. En este sentido, mis propuestas son dos:
1) Permitir que quien quiera seguir trabajando tras la edad de jubilación pueda hacerlo cobrando además de su salario un 40% de su prestación por jubilación. De esta manera, la sociedad ganará el fruto del trabajo y el estado se ahorrará el 60% de la pensión de quienes opten por seguir trabajando.
Creo que hay que ser flexibles en la edad de jubilación porque no todos los sectores requieren las mismas aptitudes ni todas las personas pierden su utilidad para la sociedad al mismo tiempo. Muchos profesionales de sectores que requieren destrezas físicas estarían encantados de reciclarse en otros sectores con el complemento de salario que supone el 40% de la pensión.
2) Obligaría al empresario que despide a un trabajador a pagar el 80% del subsidio de desempleo cobrado por dicho trabajador si este último no encontrase empleo antes de tres años. De esta forma se conseguiría un triple objetivo: involucrar al empresario para buscar trabajo al empleado despedido, reducir el coste del subsidio de desempleo y desincentivar las prejubilaciones.
En educación, no propongo un recorte en sí mismo, sino una reforma del sistema de gestión que lo haga más eficiente. Entiendo y defiendo que las arcas públicas deben pagar el 100% de la enseñanza obligatoria y el 90% de los estudios universitarios, como ocurre actualmente, para salvaguardar la mayor igualdad de oportunidades posible. Sin embargo, para ello no es necesario que la gestión de los centros educativos sea pública, sino que podría ser privada. De esta forma se conseguiría una mayor calidad educativa para los alumnos y una menor factura para las cuentas públicas. El alumno podría elegir el centro educativo y dichos centros competirían por ofrecer la mejor educación para llenar sus aulas. Propongo el cheque escolar porque creo que el Estado debe garantizar la mejor formación de los estudiantes, no así proteger los salarios de profesores, catedráticos y otros empleados independientemente del valor de su desempeño. Al ser todos los colegios y universidades privados, desaparecería gran parte del doble sistema educativo publico-privado que discrimina a los jóvenes dando a unos más oportunidades que a otros.
Respecto a sanidad, no propongo el cheque sanitario debido a los conflictos de intereses existentes entre paciente y doctor. Si el estado paga todo, las clínicas privadas estarían incentivadas a realizar pruebas caras a sus clientes aunque no sean necesarias y a recetar los medicamentos o productos más costosos porque los proveedores tratarían de incentivarles económicamente la prescripción de su mercancía. Esto es algo que ya ocurre en la sanidad privada. Mi propuesta para reducir el gasto y aumentar la eficiencia es un copago para la mayoría. Creo que un copago por el que el paciente deba pagar 5 euros por consulta o prueba médica y 20 euros por ir a urgencias aumentaría los ingresos directos y disminuiría las visitas no necesarias (a medio plazo supondría un ahorro y/o una mejora del servicio sanitario). El colectivo que debe quedar al margen del copago ha de ser el de menor capacidad económica. En este sentido creo que debería ser manejable y controlable por Hacienda excluir del mencionado copago a quienes tengan ingresos inferiores a 10.000 euros, no tengan un patrimonio financiero (en bancos) superior a esa cantidad y no sean titulares de inmuebles o vehículos. La subvención a los medicamentos prescritos por el médico debería ser menor para casi todos y aumentar o mantenerse para el colectivo señalado.
La amnistía fiscal
Una amnistía fiscal es un arma muy peligrosa para reducir el déficit. Si no se gestiona bien generará el resultado opuesto al deseado, una mayor evasión de impuestos. Una vez más, los incentivos que haya para pagar o defraudar serán clave en el éxito de su ejecución. En mi opinión, la mejor manera de llevar a cabo algo parecido sería en tres fases:
1º) Susto inicial. El gobierno debería anunciar medidas concretas y polémicas contra el fraude que abran los telediarios y sean primera página de los periódicos. Deberían ser medidas que perjudiquen al que puede pagar pero decide no hacerlo. En este sentido propongo:
a) Aumentar de 4 a 10 años la prescripción de las deudas con Hacienda. En la actualidad, la mayoría de los contribuyentes que deciden no pagar especulan con el plazo de prescripción.
b) Aumentar al 10% los intereses de mora en los retrasos de los pagos a la Agencia Tributaria. La finalidad de esta medida es doble: impactar en la opinión pública y aumentar el coste de la multa.
2º) Anuncio de una salida honrosa para los defraudadores. El 30 de junio, día que finaliza la presentación del impuesto de la Renta, debería aunciarse que se abre un plazo de 6 meses para regularizar el dinero oculto pagando un impuesto especial del 25%. Un 10% es demasiado injusto para el contribuyente cumplidor y supone un incentivo a defraudar en el futuro. Esta vía de escape serviría para justificar la severidad de las medidas tomadas. Es necesario que se anuncie tras la presentación del impuesto del IRPF porque sino muchos contribuyentes declararán menos ingresos el año anterior y posteriormente se acogerán al impuesto especial pagando así un tipo menor a su marginal.
3º) Estocada final. Tres meses antes de la finalización del plazo establecido, se deben comunicar medidas que hagan al defraudador sentir que está solo y que si defrauda, casi con toda seguridad, le van a pillar. Para esta fase propongo ofrecer una recompensa del 10% del fraude destapado y pagado al ciudadano que lo denuncie y aporte pruebas. El defraudador empezará a pagar impuestos porque tendrá razones para dudar de sus vecinos, clientes, proveedores, socios...
Para concluir, quiero recordar que como argumenté aquí, ni subir los impuestos ni realizar recortes sociales son en mi opinión la mejor manera de ajustar las cuentas públicas. La clave está en el CONTROL de los ingresos y de los pagos.
Dejo aquí un puñado de semillas, espero que alguna caiga en tierra fértil. Más vale tarde que nunca.
Muy interesante la entrada y el blog en general. Soy un novato en su lectura pero pasaré a menudo para ver las novedades.
ResponderEliminarUn saludo!
vaya economista de pacotilla.
ResponderEliminarpor cierto yo entiendo más las cosas si en lugar de incentivos coloco la palabra codicia por ejemplo.
copago de 20 por urgencia? me hacen pagar 20 euros por estarme muriendo y si no me muero después te voy a ver chavalín
Muy intenso y denso post con un buen número de temas para debatir y argumentar. Por ejemplo el tratamiento del paro y el ’copago’ sanitario. También el cierre de servicios no esenciales que no son tan irrelevantes en términos económicos (multitud de TV Publicas y de universidades son ejemplos de enormes e ineficientes gastos, aunque hay más).
ResponderEliminarPero en mi opinión todo eso son árboles que no dejan ver el bosque. Y en el caso de la economía de Espanha (perdón, pues mi teclado carece de la muy hispánica enhe) el bosque es muy espeso. Consiste ni más ni menos en la increíble proporción del sector Público en la misma. Consiste en un brutal número de funcionarios, personal laboral al servicio de las múltiples administraciones, empresas cuyos UNICOS clientes son las mencionadas administraciones públicas (constructoras y obra civil son las mas evidentes pero hay muchas más) y empresas que son en realidad agentes recaudadores de impuestos (las míticas ’tarifadas’)… y luego los no productivos (pensionistas y parados fundamentalmente) y subsidiados. Aparte de eso muy muy poquito: escasísimo y moribundo sector productivo, turismo e industria de ocio y finalmente sector agroalimentario (otro que no se entiende sin la palabra subsidio estrechamente vinculada).
De hecho la propia pregunta’¿Cómo aumentar el potencial de crecimiento reduciendo el déficit?’ delata hasta qué punto pensamos que los dos factores van unidos. Y eso es un error en un sistema economico sano. El déficit se reduce aumentando el crecimiento. Por lo tanto la clave es cómo aumentar el crecimiento independiente del BOE. Y la respuesta es clara y los modelos ya existen (véase Alemania sobre todo aunque también otros paises, como Italia) sólo hay que seguirlos: Crear un tejido de pequenhas y medianas empresas competitivas y lo más independientes posible de las administraciones públicas espanholas. En realidad la responsabilidad de los poderes públicos no es crear las empresas (eso sería una contradicción sobre todos mis argumentos precedentes). La responsabilidad de los poderes públicos es crear el clima más propicio posible para el desarrollo de esas PYMEs.
Me guardo para una posible réplica mis opiniones sobre cómo se debería gestionar la creación de ese clima pero me dá la impresión que no es difícil deducirlo.
Jordi, muchas gracias.
ResponderEliminarAnónimo, si vas a urgencias espero que sobrevivas porque te atiendan rápido y el servicio médico recibido sea de calidad. En ese caso, entiendo que no vendrás a buscarme para pedirme los 20 euros.
Katapoff, gracias por el comentario, como siempre. Como bien dices, la clave está en crear el clima más propicio posible para el desarrollo de las PYMEs. Pero no te guardes tus ideas, comparte tus recetas para que la economía no haga katapoff.
Aunque comparto muchas de tus opiniones, creo que sobreponderas la capacidad del Estado para lograr mejoras, dado que el Estado son personas con sus propios incentivos.
ResponderEliminarPor ejemplo: La I+D pública es gasto, no inversión. Cubierta de fraude y de burócratas que no poseen el criterio para seleccionar unas iniciativas frente a otras, ni siquiera se mide si el gasto vale para algo. Las personas que deciden en qué se investiga ni están capacitadas (no han demostrado éxito en la generación rentable de innovación a través de investigación básica o aplicada dado que son funcionarios "de carrera" o cargos políticos)
Esto es extrapolable al resto de partidas de gasto. Los burócratas no buscan maximizar la utilidad de la sociedad, sino la suya propia (más poder), maximizando el presupuesto. La única limitación de poder pagarlo y poder seguir en su puesto. Ahora estamos reduciendo el gasto para sobrevivir, si no, no se haría.
Como el gasto da más poder que la inversión (clientelismo), es natural que prefieran reducir la inversión a reducir el gasto.
Al final del día, tenemos la Economía semi-planificada, ineficiente y corrupta (os acordáis de la encuesta de "el que no roba en España es porque no puede??") que nos merecemos
Pensar que los burócratas van a actuar en el mejor interés de la sociedad es como pensar que el Lobo nos salvará la vida.
¿No es inversión la I+D? Y sin embargo el sector privado se aprovecha enormemente de la investigación del sector público. Por ejemplo el sector farmacéutico. Resulta muy difícil encontrar algún producto en el que no haya intervenido el sector público.
EliminarJodiendo al ciudadano de a pie es como se soluciona esta economia...ya veremos de aqui a dos o tres años donde estamos.
ResponderEliminarSubir el IVA también desincentiva el consumo interno. El hecho de no poder ir a Francia a comprar un producto (y por internet podrías comprarlo), no presupone que lo vayas a comprar en España. En una coyuntura de alto desempleo y recorte salarial en las clases medias y bajas en aras de la competitividad (del lucro empresarial diría yo, que no del bien social), gravar los productos de consumo, implica reducir el consumo a lo imprescindible.
ResponderEliminarY antes de implantar el copago... ¿no sería más lógico poner un impuesto específico para pagar la sanidad en función de la renta? ¿o que las multas de tráfico, o cualquier sanción, se pagasen en función de la renta para dedicarlo a sanidad? ¿O reorganizar el sistema para hacerlo más eficiente? Cosas que se hacen ya en otros países.
No es lo mismo pagar 5€/visita o 20€/urgencia para alguien que cobra 16.000€ anuales que para alguien que cobra 80.000€, sobre todo cuando las clases bajas suelen enfermar más a menudo.
Ni es lo mismo para una persona mayor que para un joven. Es más que evidente que una persona mayor enferma más y con más frecuencia. Y si eres enfermo crónico la cosa es peor todavía.
Al final el colectivo más perjudicado es el de la tercera edad.
La economomia con estas politicas de mas impuestos y mas recortes no van a solucionar nada. Hoy ya pasamos de 6 millones de parados y cada dia cierran mas empresas. Si se suben los impuestos hay menor consumo, si hay menor consumo las empresas tienen menos trabajo por lo que hay mas paro y sigue disminuyendo el consumo.
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